Dámaso y los demás
jueves, 16 de febrero de 2012
lunes, 21 de noviembre de 2011
Lectura y presentación:Viernes 25 de noviembre de 2011, 20:00 horas.
Lugar: 2SonMás Deustch - spanischer Kindergarten. Mühlgasse 31 60486
Ffm.http://www.dossonmas.de/pages/de/kindergarten/ort-anfahrt.php
Entrada gratuita para socios. No socios: € 3
jueves, 29 de septiembre de 2011
Presentación del libro No te va a doler
Versificado - Carlos Rojas Olivos
Yo que me afeito lentamente
Y cuento mis arrugas con esmero
Esperando vivir largamente
Para de vez en cuando escribir
Algún poema inocente
Posiblemente
Sin mar ni muerte
Arte poética I, Jorge Eduardo Eielson
Son 16 noches que no puedo dormir. Escucho risas, veo luces cuando todo está oscuro y mis manos sienten hincones. Me levanto y todo sigue como el día anterior. Reconozco algunas caras y solo bebo agua. Todo sabe a agua: los besos, las comidas, el alcohol. Los versos atraviesan las paredes y las cosas se van cerrando en una espiral trastornada. ¡La poesía ha vuelto a aparecer! Los ojos más tímidos se han escondido por el miedo. El miedo a no controlar las situaciones. Pensé que era un juego pero no puedo comer hace mucho y siento mareos mientras respiro. La melodía no termina, se hace infinita, insoportable. ¿Cuánto puede durar? Nadie lo sabe, ni siquiera ella que escucha atentamente algunos versos sonoros que le leo en un lejano sofá. Nadie lo quiere saber, ni siquiera yo que camino bajo una lluvia incesante, agobiante. Extraño las manzanas, los óleos, las bebidas y la carne. Tu carne. La gente habla de niños, de vidas eternas, de compromisos serios, de relaciones sin besos y no entiendo en qué mundo estoy metido.
La poesía ha vuelto a aparecer. No fumo hace mucho. No sé que son todas esas drogas que los jóvenes consumen. No entiendo las comparaciones, las excusas, las despedidas por SMS, los amigos que no saludan y las charlas de las personas que visten de blanco. Nadie hace el amor, nadie apaga la luz, nadie recoge la basura. La poesía ha vuelto y no sé qué es peor, si ella o yo. Todos se alegran por ser bellos, por tener una foto, por ser mejores que tú, que él, que vosotros, que una piedra o que un gancho para tender la ropa. Trompetas suenan, trajes costosos bailan solos, sin nadie dentro de ellos y los billetes poco a poco van llenando libros, mochilas, cajas de zapato, floreros, iglesias. El agua de caño no existe más y tiemblo bajo el sol. La poesía ha vuelto a aparecer pero me tengo que levantar todos los días a la misma hora, cortarme el pelo algún día y alzar la mano derecha para seguir diciendo adiós, que te vaya bien.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
No se por qué sos así con papá - Javier Rosenberg
Septiembre 2010
martes, 19 de octubre de 2010
Recuerdos fugaces - Rodrigo J. Gardella
martes, 28 de septiembre de 2010
Ich und meine Grenzen - Lenka Wolf Peleteiro
– „¡A comer!“ rief meine Mutter von drinnen, und wir stürmten hinein, para comer tortilla con merluza rebozada. Se oía la tele de los apartamentos de al lado a todo volumen. En mi casa mis padres seleccionaban los programas de televisión y no dejaban encendido el aparato todo el día. Spanien, das waren die Häuser mit den immer laufenden, immer lauten Fernsehern und niemand schaute wirklich zu, und niemand störte sich daran. Das gefiel mir. Tobende Kinder liefen bis spät nachts herum, und ich mittendrin. „¡Qué bien, niños! ¡Ahora hay menos hormigas en la cocina!” Hacía mucho calor y a las hormigas les gustaba mucho entrar en el apartamento para llevarse los restos de comida. Formaban filas interminables y se pasaban las migas de una a otra, de patita en patita.
Fleissige Ameisen konnten wir hier sehen. Allein die Grenze mit der Kreide konnte sie aufhalten ihr Tagewerk zu vollführen. Ehrlich gesagt versuchten wir es nicht mit Insektenvertilgungsmittel. Mein Vater war damals bereits Naturschützer und hätte es nicht erlaubt. Mit seinem blonden, langen Bart war er eine Sensation für die spanische Verwandtschaft und noch mehr für die, die ihn nicht kannten.
Veraneábamos en el apartamento de la tía Esther cerca de Málaga. La casa estaba cerca de la playa e íbamos todos los días. A mis hermanos y a mí nos encantaba, y encontrábamos rápido amiguitos para jugar. Mi padre lo pasaba a veces mal por la calor andaluza y su piel clara. Lo recuerdo sentado en la sombra con su sombrero de paja, la piel enrojecida y leyendo periódicos. Mi madre en cambio la recuerdo feliz, radiante, chistosa.
Wenn wir abends müde und hungrig zurück in das Häuschen kamen, erwarteten uns die Ameisen. Irgendwann gewöhnten sich die Ameisen an die Kreidestriche und wir entdeckten abends, dass sie die eine oder andere Grenze überschritten haben mußten, um dort zu sein, wo sie jetzt waren: nämlich wieder in der Küche! Was genau bewog die Ameisen dazu, nun doch über den Kreidestrich zu gehen? Und an welcher Stelle? Wir malten von neuem die Grenzen aus Kreide und beobachteten.
Un día llegaron los primos de Madrid, bien vestidos y limpios mientras que nosotros llevábamos la arena en los pelos y la sal en la piel. Siempre me sentía más sucia y mal vestida comparada con los niños españoles. Mi tío habló largamente con su hermana, mi madre, mientras los primos jugabamos al escondite y al final los dos tenían lagrimas en los ojos. Abends im Bett hörte ich meine Eltern mal wieder streiten. Ich haßte es. Nach dem bösen Wortgefecht ertönte ein trauriges Lied auf der Gitarre meines Vaters. Darüber schlief ich ein…
¿Qué te gusta más, España o Alemania? Wie oft hörte ich diese Frage! In meinen Ohren klang es wie, wen magst du lieber: Mama oder Papa? Ich erinnere mich nicht an meine Antworten…
Am nächsten Tag gingen wir wieder ans Meer, tobten im Wasser, sprangen von den Dünen und aßen abends gegrillte Sardinen vom offenen Feuer am Strand. A veces nos regalaba el viejo Manuel un trozo de tarta o alguna tapa que le sobraba cuando cerraba su quiosco. Le teníamos cariño al viejo Manuel. Me gustaba mucho su cara llena de arrugas y una suave sonrisa. Demasiado rápido terminaron las vacaciones. Zurück in Deutschland. Auch hier malten wir mit Kreide vor dem Haus, aber keine Grenzen für Ameisen. Hier gab es keine Ameisen, die im langen Treck bis in unsere Küche liefen und aufgehalten werden sollten. Frische saftige Wiesen dufteten in der Nase. Mein Vater schnitt jeden Frühling Löwenzahn und bereitete köstlichen Salat daraus. Jedoch wurde der Nachbarsjunge von seinen Eltern in unseren Garten geschickt, sobald der Löwenzahn blühte um ihn abzuschneiden. Die Samen sollten nicht über die Grenze in ihren Garten fliegen. Mein Vater regte sich auf und sein Bart bebte.